Buenas prácticas en la gestión de proyectos

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Ahora que ya conocemos las metodologías agiles, vamos a hablar de su uso cotidiano en la gestión de proyectos.

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Existe un conjunto de buenas prácticas, básicas para el correcto funcionamiento de un proyecto, que permiten al coordinador ser realmente quien lleva el timón, si no podríamos encontrarnos en la situación típica en la que es el proyecto el que te lleva a ti.

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Reuniones diarias

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Dentro de nuestro equipo de trabajo es básica la comunicación, por eso, la importancia de las reuniones diarias (dailys) que cada coordinador tiene con su equipo. Estas reuniones deben ser ágiles, y cada integrante del equipo debe tener clara su participación que debe ser escueta y concisa:

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• Qué hice ayer
• Qué hago hoy
• Qué problemas he encontrado

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Respondiendo a estas tres preguntas básicas, todo el equipo es consciente del estado del proyecto y de los objetivos marcados, con una visión global del punto en el que nos encontramos.  

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Además, si usamos herramientas de apoyo para la gestión y planificación, como en nuestro caso Azure DevOps (solución de Microsoft para la administración de proyectos de desarrollo de software), es necesario que cada tarea tenga comentarios asociados. El equipo documenta la evolución del trabajo (lo que nos permite tener en todo momento la trazabilidad de los avances, los problemas, y su ejecución), y  que se actualice su estado (nueva, activa, en pausa, resuelta, cerrada), para que, aunque se trate de una taskboard digital, veamos el avance en la ejecución del proyecto.

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¿Cuánto tiempo me queda?

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Todo programador necesita organizar su trabajo antes de empezar con el desarrollo, para ello, en el momento de lanzar el sprint, planifica cómo va a ejecutar cada área y, en función de eso, estima su tiempo de desarrollo.

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Tener controlado cuánto tiempo ha empleado es vital por varios motivos:

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• Ayuda al desarrollador a organizarse (tengo X horas y este debe ser mi avance).
• Ayuda al coordinador a conocer el avance real de proyecto
• Ayuda al departamento de operación a asegurar que las ofertas se realizan correctamente.
• Ayuda a seguir estimando. Si me equivoco, al terminar el sprint mido mi sobreesfuerzo para poder ser capaz de valorarlo correctamente en los siguientes.

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Además, teniendo en cuenta la capacidad de horas de trabajo de una persona en el proyecto, desde Azure DevOps tenemos visibilidad de la carga de una persona y su avance a lo largo del sprint.

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Validación de trabajo

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Todo trabajo debe ser validado.  

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Para que el coordinador se asegure de que ese trabajo se ha hecho correctamente y de que cumple con los objetivos definidos, debe existir una definición del trabajo hecho o Definition of Done.  

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De esta manera podemos realmente dar por cerrada una tarea, y no tendremos sorpresas más adelante descubriendo funcionalidades incompletas.

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Commits, compilaciones y cobertura

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La filosofía de las metodologías ágiles es tener siempre una versión funcional. Por ello es muy importante que todo el equipo suba las modificaciones realizadas dos veces al día, que la cobertura del código se encuentre en los estándares marcados por la empresa (en Mytra los proyectos deben tener un 80% de cobertura y el 100% de los test pasados) y que compile el código. Así, evitaremos sorpresas.  

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Un buen dashboard que indique el estado de las compilaciones cada día es vital para el seguimiento del proyecto.

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‍Retrospectiva

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Al finalizar el sprint es importante ver qué ha ido bien y qué ha ido mal.  

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En cada sprint aprendemos cosas nuevas, solventamos fallos que no habíamos encontrado hasta ese momento, y se lo hacemos saber a todo el equipo para fomentar la mejora continua y la superación.

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Es necesario que siempre se acaben los sprints, dejar tareas o problemas sin resolver no es una opción, finalizar todos los objetivos planificados y cerrar el sprint es algo a lo que nos comprometemos como equipo y debemos terminar como equipo. Nos ayudamos entre nosotros para conseguirlo.