La Industria Conectada o Industria 4.0 genera una enorme cantidad de datos, provenientes de la lectura de todos los activos de las infraestructuras de operación, a los que se puede sacar enorme partido para la optimización de recursos, disminución de costes y aumento de la eficiencia.
Todos esos datos, que crecen cada día, necesitan ser almacenados para su uso. El almacenamiento de datos se refiere a la conservación de todos los datos que se recaban del proceso industrial, y la disponibilidad y el acceso a ellos en todo momento.
Una de las principales tendencias de la transformación digital que vive la industria es el cambio de soluciones para este almacenamiento de datos, hacia soluciones en la nube, quitando peso de información de los tradicionales servidores privados industriales.
La elección entre un almacenamiento de las bases de datos en servidores o en la nube dependerá de varios factores. Uno de ellos es la estabilidad de la solución: cómo de claro tienes lo que se va a hacer y qué tamaño alcanzará; otro de ellos es qué hacer posteriormente con esas bases de datos.
Almacenamiento en la nube: ventajas
El almacenamiento en la nube cuenta con dos principales ventajas que son las que dan potencial a esta solución.
La primera de ellas es la capacidad de escalabilidad, es decir, la posibilidad de ampliar espacios y recursos sin fin, aumentando así la estructura de datos en la nube. Incluso de programar incrementos, cargas o picos de trabajo, adaptándose al crecimiento o cambios de operación industrial.
La otra gran baza de este tipo de soluciones es la seguridad. Las plataformas de almacenamiento Cloud se ocupan de garantizan la ciberseguridad de la información, y gestionan la realización de copias de seguridad, mantenimiento de esas copias, etc.
Otras ventajas de la nube es que permite acceder desde cualquier dispositivo y en cualquier momento. Si bien es cierto, el coste de esta solución será mayor, y dependerá de la cantidad de datos almacenados, integraciones con la plataforma Cloud y recursos añadidos.
Y el último a comentar, la capacidad de procesamiento de datos que dan los recursos o integraciones de las plataformas de almacenamiento Cloud.
¿Almacenamiento híbrido?
Como se ha mencionado, la operación industrial genera cada día gran cantidad de datos nuevos de cada uno de los activos que forman su infraestructura. Almacenar esa base de datos en la nube implica un presupuesto alto y en ascenso. Por ello, en muchos casos la mejor opción trata de una solución híbrida en la que integrar servidores y la nube, según el uso de cada paquete de datos.
Esta alternativa está bien pensada para la analítica de datos. El global de ellos se mantienen en los servidores, con los que ya cuenta la compañía y que tienen un coste de mantenimiento menor. Los datos sobre los que se quiera analizar un caso de uso son los que se suben a la plataforma Cloud, con un servicio de procesamiento que permita implantar Machine Learning o Business Intelligence.
Este mix es la opción más común en la industria, en la que históricamente la mayoría de compañías cuentan ya con un servidor.
¿Un solo proveedor o varios?
Otra de las dudas que surgen cuando se opta por la opción dela nube es la de si realizarlo todo con el mismo proveedor de almacenamiento en la nube o con varios, según necesidades.
Lo óptimo es analizar los tipos de datos que vamos a almacenar y su objetivo, y elegir la plataforma que mejores opciones no dé para ello. Analizar herramientas, sistema operativo, qué funciona mejor, necesidades…
Sin embargo, no es nuestra recomendación mezclar proveedores si hablamos de aplicarlo a Big Data. En estos casos, necesitamos tener los datos en una misma plataforma, y si tenemos los recursos divididos por plataformas, contenedores ozonas geográficas, tendremos que asumir los costes de integrarlos.
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